Una mañana decidimos así de repente conducir desde el centro de Los Ángeles hasta el Gran Cañón durante 8 horas. Llegamos, compramos un ticket para estar allí toda una semana, pero el hecho es que ni siquiera llegamos a quedarnos ni dos horas. Anocheció mucho más rápido de lo que esperábamos pero, por lo menos, conseguimos llevar a la valkiria sueca a semejante localización. Y justo después, otras 8 horas conduciendo de vuelta a LA en la más absoluta oscuridad …